Alejandro Tiana, secretario general de Educación de España


Clarín, 18 de febrero de 2007, suplemento Educación

Versión en papel: aquí.

ENTREVISTA CON ALEJANDRO TIANA, SECRETARIO GENERAL DE EDUCACIÓN DE ESPAÑA

“La escuela secundaria obligatoria no garantiza mejores resultados”

En los 90 Argentina copió el modelo español. Ahora los dos países estrenan leyes de educación. Según Tiana, España busca mejorar la primaria para tender puentes a la secundaria. Es su fórmula para reducir el 30% de deserción en media.

Rubén A. Arribas

“Los sistemas educativos tienen mucho que ver con la historia, las tradiciones y la cultura de cada país. Las copias de unos sistemas a otros, en general, no han funcionado. Eso sí, estudiarlos sirve para ver cómo otros países han afrontado determinados problemas de una manera novedosa. Y también para abrir posibilidades a la hora de pensarlos en el sistema propio.”

Con esas palabras, contextualiza enseguida Alejandro Tiana sus comentarios sobre los sistemas educativos español y argentino. Además de Secretario General de Educación del Ministerio de Educación y Ciencia de España, Tiana (Madrid, 1952) es un reconocido técnico en la materia. Por ejemplo, y entre otros cargos relevantes, desempeñó el de director general de Innovación y Desarrollo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Dado su perfil y que España estrena ley educativa, el 14 de septiembre dio una conferencia durante unas jornadas organizadas por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación. Al día siguiente conversó con Clarín.

En opinión de Tiana, un secundario obligatorio hasta los 18 años —la polimodal— no garantiza mejores resultados. “Al respecto, hay que plantearse 2 consideraciones: una, si el sistema educativo puede garantizar la calidad de la educación; otra, si éste tiene capacidad de respuesta para los casos conflictivos. Si no se dan esas condiciones, no soy partidario de prolongar la escuela obligatoria”. En otras palabras: “El problema no son quienes pasan de curso, sino quienes tienen dificultades para avanzar, no les gusta estudiar o abandonan la escuela. A ellos es a quienes debe atender el sistema y proveerles modos de integrarlos”.

En España la secundaria obligatoria llega hasta los 16 años y el 30 por ciento de los alumnos no la termina. A pesar de algunas opiniones que pedían extenderla hasta los 18, la nueva ley —Ley Orgánica para la Enseñanza (LOE)— prefiere centrarse en mejorar la enseñanza primaria y tender puentes desde ahí hacia la secundaria como fórmula para reducir ese preocupante índice de abandono. Según Tiana, aumentar la exigencia académica sin tener los medios para respaldarla supone correr el riesgo de incrementar el fracaso escolar y, por tanto, de la frustración de los chicos. De ahí a fracturar más aún la sociedad, en vez de cohesionarla, hay sólo un paso.

Pese a sus reticencias para extrapolar entre sistemas educativos, se anima a subrayar un aspecto notable de allá que quizá sirva acá. Se trata del proceso de transferencia de competencias de responsabilidad educativa desde el Estado hacia las comunidades autónomas, es decir, lo que en la Argentina sería la descentralización hacia las provincias. En este momento, en España el Estado realiza un 4,5 por ciento del gasto y promueve programas de colaboración con las comunidades autónomas, que son las que manejan el resto de gasto en educación. Tiana se refiere así a este asunto, siempre polémico en su país: “Ha sido un proceso muy largo —desde 1980 a 2000—, pero me parece que hemos conseguido un sistema respetuoso para ambas partes. Obviamente las condiciones constitucionales son otras; sin embargo, quizá el modelo y el proceso sirvan como referencia en la Argentina”.

Y, como de los errores de otros también se aprende, se anima con la autocrítica. Así, destaca un par de asignaturas pendientes para los españoles: lograr estabilidad normativa y prestigiar la educación. Para lo primero, plantea que el debate político debe aumentar en calidad: “En general, muchos responden de una manera simplista —o blanco o negro— a cuestiones muy complejas. En los sistemas educativos hay cosas que están bien y cosas que están mal. Los políticos debemos potenciar unas y corregir las otras”.

En cuanto al reconocimiento social, también asume su parte de responsabilidad: “Los políticos y los medios de comunicación debemos sensibilizar a la sociedad y mostrarle los beneficios individuales y colectivos asociados a la educación. Ése es un mensaje que debemos reiterar para que vaya calando”. Por cierto, quizá estas dos asignaturas pendientes de los españoles convendría ponerlas también en la agenda argentina.


*

Religión y sexualidad
La nueva ley de educación española legisla sobre 2 temas candentes en la Argentina: religión y educación sexual. Respecto de la primera, Alejandro Tiana señala que ésta respeta la Constitución y los acuerdos ya existentes con las diferentes comunidades religiosas. Eso implica un trato distinto para la religión católica frente a las demás. A falta de que se revisen los acuerdos firmados con el Vaticano, como piden los sectores laicistas, las escuelas públicas deben ofrecer la materia de religión católica dentro del horario de clases y darle a los alumnos la libertad de cursarla o no. En cambio judíos, musulmanes y evangelistas deben reunir un número mínimo de alumnos por escuela —unos 20— y tienen que dar su clase fuera del horario escolar. Eso sí, el Estado paga al profesor y la escuela cede el espacio necesario.

Asimismo, la nueva ley no contempla una materia específica sobre educación sexual, sino que ésta se impartirá a través de varios bloques curriculares. De éstos, los más importantes son los de higiene y salud en las asignaturas de ciencias naturales, algunas reflexiones sobre la sexualidad en Ética y un tema —sobre un total de unos 50— dedicado a la dimensión sexual de la persona en una nueva materia que se llama Educación para la ciudadanía y los derechos humanos.

Dada la gran polémica que suscitaron ambos asuntos, Tiana resume la posición del ministerio: “La escuela no debe adoctrinar o imponer una visión moral, pero sí plantear una reflexión sobre la sexualidad”.

0 comentarios: