Centro Educativo del Tango

Clarín, 3 de septiembre de 2006, sección Educación

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CENTRO EDUCATIVO DEL TANGO DE BUENOS AIRES

Una escuela donde las parejas bailan tango por los pasillos

Rubén A. Arribas

Cuando oscurece, en el barrio de Balvanera suceden cosas raras. Sin ir más lejos, en la escuela primaria República del Paraguay, situada en Agrelo 3231, los pibes juegan a la pelota en la calle y los adultos entran apresurados a la escuela. Es más: a la entrada hay gente grande que matea para tragar un pedazo de torta y parejas que bailan tango por los pasillos. ¿Raro, no?

Para muchos, esta vida nocturna que acontece acá de lunes a viernes entre las 19.00 y las 22.00 h resulta normal. Sin embargo, para el recién llegado, las aulas y los pasillos del Centro Educativo del Tango de Buenos Aires —que así se llama de noche y desde 1991 esta escuela primaria— tienen un aire a los de “Fama”, aquella teleserie estadounidense... Aunque bastante más lunfarda, claro.

Y no es broma. En la planta baja, al fondo del pasillo, Liliana Barboza y Héctor Díaz están tomando examen de danzas folclóricas a más de una veintena de alumnos. La primera parte de la prueba es un zapateado simple al son de un malambo con mudanzas básicas, la segunda consiste en bailar, entre otros, un gato cuyano y una chacarera doble. Quienes deseen egresar como instructores de Tango danza, deben aprobar esta materia.

También en la planta baja, y a pocas aulas de distancia de donde zapatean los examinados de folclore, Héctor Negro dicta la materia “Década del 40”. Hoy explica cómo Troilo, Salgado y Pugliese llevaron el tango a las más altas cotas de calidad. En tercera fila y en el costado izquierdo está sentada Irma Demaldé. Ella tiene 60 años, viene desde Villa Devoto tres veces a la semana y cursa el instructorado de Historia del tango desde hace un año y medio. Como cualquier otro estudiante, ella y sus compañeros prolongan su relación más allá de las clases: juntos milonguean en el Gon —Independencia y Boedo—, juntos escuchan tango en el Tortoni y juntos celebran los cumpleaños. ¿Que por qué estudia a su edad? “Para saber”, contesta sin dudarlo un segundo.

Ema Cibotti, coordinadora del departamento de Historia y Literatura, explica así el porqué de este ambiente tan especial: “En realidad, el centro funciona como un club social. De hecho, viene mucha gente de la tercera edad porque se siente activa y aceptada: personas de 80 años conviven con otras de 25, y se producen intercambios fascinantes. Y añade: “Acá lo importante es la permanencia, estar, pertenecer; la mayoría de las personas no vienen para recibirse como instructor”.

De todos modos, salen instructores de este centro: el año pasado egresaron 22 personas de Tango danza —una de ellas invidente— y 10 de Historia del tango. Eso sí, el número de inscriptos en 2006 ronda los 340. Con todo, los números resultan más que meritorios: se trata de educación no formal y ambos instructorados cuentan con planes de estudio de tres años, compuestos por 25 materias en el caso de Historia y por 34 en el de otro. Además de ofrecer una variada oferta de asignaturas cuatrimestrales en sus rubros, ambos planes incluyen materias anuales sobre psicopedagogía.

Ese enfoque pedagógico distingue al Centro Educativo del Tango de los demás, sobre todo en Tango danza: forma docentes, no sólo bailarines. Así lo explica Carlos Caputo, coordinador de Educación No Formal del ministerio de Educación: “Acá, a los alumnos se les enseña una metodología de trabajo —el método Dinzel— y reciben herramientas para saber cómo educar a grupos heterogéneos de personas”. Por su parte, los Dinzel, coordinadores de los departamentos Artístico y Danza, aclaran sobre su método: “Buscamos aportar un estudio serio y desde todos los ángulos, algo que les sirva a los futuros instructores con sus alumnos”. Y Nélida Fernández, coordinadora del centro, completa al respecto: “Lo importante es que sirve también para no videntes, chicos con síndrome down o hipoacústicos, por ejemplo”.

Pero el objetivo de este centro no consiste sólo en promover la integración social. Para quienes egresan, los instructorados ofrecen, además, una salida laboral. De hecho, algunos de ellos ya andan ganándose el mango por Florida, los subtes o las milongas. Y los historiadores hacen lo propio con charlas, conferencias y seminarios en los clubes de barrio, los centros culturales o las sociedades de fomento. Es decir: este “club social” también es un lugar donde formarse para trabajar; eso sí, sin pagar arancel alguno... ¿Raro, no?


[ Recuadro ]

TALLERES DE INTEGRACIÓN

Son cerca de las 20.30 h del miércoles. Hoy en el Centro Educativo del Tango, además de las clases de los instructorados, funcionan los talleres abiertos a la comunidad; por eso la afluencia de gente es mayor que otros días. En un aula cerca de la entrada bailan Lucrecia Pérez (12) y su profesor, Carlos Rodríguez Robert. Mientras dibujan y dibujan, Damián Solsnick (39) hace lo propio con Graciela Mazzara, la madre de Lucrecia. Entre tanto, asoma por la puerta Andrea Lazzani (30), impecable con su falda negra tableada y los tacos —negros y no demasiado altos— ya calzados. En el cambio de parejas, Lucrecia y Damián bailan juntos y Carlos los corrige: “Despacito, despacito. Arriba esa cabeza, Lu”. El docente, egresado del Centro Educativo del Tango, explica orgulloso: “Con Lucrecia y otros cinco chicos, el sábado pasado estuvimos en Glorias Argentinas haciendo una exhibición”. Lucrecia se detiene y va donde su madre: quiere sacarse las botas rosas —a juego con la falda— y calzarse los tacos para bailar aún mejor. Carlos y Andrea bailan juntos ahora. Por la puerta sigue entrando gente a esta clase abierta y gratuita. Como cada miércoles, Lucrecia, Carlos, Andrea y otros chicos con síndrome down se acercan hasta acá para hacer del tango una manera de sentirse parte de la comunidad. Y, por cómo su entusiasmo, tiene mucho que enseñar.


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Más información:
www.tangodata.com.ar
universidaddeltango@gmail.com
Teléfono: 4957 1382

2 comentarios:

Origami dijo...

muy bueno el articulo! ojala cuando valla a buenos aires pueda conocer la famosa escuela de tango y el estudio dinzel!

Aviones desplumados dijo...

Muchas gracias, Origami. Si regreso por allá, veré de pasar por allí... A ver si aprendo a bailar de una vez.

Saludos.